En agosto, los precios mundiales del arroz cayeron nuevamente en un promedio de 1,5%. Esta tendencia comenzó a mediados de junio y la demanda de importación continua relativamente baja debido a la posición expectante de los operadores que anticipan una flexibilización de las restricciones de exportación de arroz blanco no basmati por parte de la India. Sin embargo, estas medidas seguían vigentes a mediados de septiembre, a pesar de las presiones internas sobre el gobierno indio. Solo los precios vietnamitas mostraron cierta firmeza gracias a la demanda sostenida de Filipinas e Indonesia, los dos mayores importadores mundiales de arroz. A principios de septiembre, tras un breve repunte debido a una nueva licitación de Indonesia y la fortaleza de las monedas asiáticas frente al dólar, los precios mundiales volvían a caer a su nivel más bajo en tres meses, influenciados por la desaceleración de la demanda mundial y, sobre todo, por la llegada progresiva de las nuevas cosechas asiáticas. Éstas se anuncian mejores de lo esperado gracias a buenas lluvias durante la campaña agrícola. Se espera que el comercio mundial disminuya un 1,5% por segundo año consecutivo. No obstante, la continuación de la tendencia bajista de los precios mundiales podría estimular los intercambios internacionales en 2025, con un aumento previsto del 2,5%.